Perú. – Una profunda conmoción y un urgente llamado a la acción marcan la investigación en la región de Puno, tras el hallazgo trágico del cuerpo sin vida de un niño pequeño, de aproximadamente dos a cuatro años, en el centro poblado de Jayllihuaya.
La identidad del menor permanece desconocida, lo que ha generado un cuello de botella institucional que impide el avance del caso.
La pérdida de la vida de este niño ha abierto una angustiosa búsqueda para darle un nombre, un proceso que se complica cada día que pasa.
El cuerpo sin vida del menor fue encontrado vestido con una chompa delgada de color blanco con figuras amarillas y una camiseta de algodón plomo con estampados de figuras de panda, un doloroso recordatorio de su corta vida interrumpida.
La principal preocupación de las autoridades es que la familia del menor aún no tenga conocimiento de su deceso, viviendo la agonía de una desaparición.
La falta de datos que permitan confirmar la identidad del niño ha retrasado el inicio de la necropsia, un examen fundamental para esclarecer las causas de su pérdida de la vida.
Ante esta situación, el jefe territorial del programa social Warmi Ñan, Yuri Mamani Hancco, ha informado que se han solicitado exámenes dactilares complementarios a la Policía Nacional.
Obtener la identidad es el paso clave para ubicar a los progenitores o familiares y, consecuentemente, determinar responsabilidades y avanzar en el curso de la investigación. La urgencia del caso ha generado críticas hacia la respuesta institucional.
Representantes sociales han exhortado al Ministerio Público (Fiscalía) a priorizar la situación y programar la necropsia de manera inmediata, pues la demora está afectando seriamente el procedimiento forense y la capacidad de establecer las circunstancias exactas del deceso.
Mientras tanto, las autoridades manejan varias hipótesis. No se descarta la presunta implicación de los padres o de otros familiares en este hallazgo trágico.
Adicionalmente, de manera extraoficial, se ha mencionado que algunas facciones del rostro del menor permiten considerar la posibilidad de que no sea de origen nacional, un factor que, de confirmarse, añadiría una complejidad única al caso.
Ante la ausencia de antecedentes similares en la región, las autoridades han tenido que activar un protocolo especial de actuación.
La tragedia de este pequeño, cuyo cuerpo sin vida permanece sin nombre en la morgue de Juliaca, resalta la lucha por la justicia y el doloroso recordatorio de la vulnerabilidad de la infancia en la región.